Hoy es uno de esos días de los que si tuviera dinero suficiente derruiría el baño y lo pondría todo nuevo. Una de las cosas que me gustan son las bañeras de madera, a mas grandes mejor y cuanto más raras o especiales más me molan.

En general estas bañeras no se venden mucho (por no decir nada) pero si que se diseñan como prototipos o para marcar tendencias. Suelen instalarlas en hoteles e lujo, baños de postín o currantes que se hipotecan 5 años años para darse el capricho, porque bonitas son, pero caras de narices.

Todos estos modelos son de madera maciza, madera pura y dura que por lo general son de iroco, cedro, roble…, en definitiva, maderas compactas y resistentes a la humedad, lógicamente con sus poros tapados, esmaltes y productos especiales.

Os dejo una breve descripción de su mantenimiento.

Este tipo de bañeras no se agrietan ni decoloren. Son fáciles de mantener a pesar del material de que están construidas, pero necesitan ciertos cuidados específicos.

Mantenimiento diario

• Después de cada uso, se debe aclarar la bañera con agua corriente para quitar todos los restos de espuma de jabones y champús. Se puede utilizar una esponja o una toalla. Utilice solamente limpiadores naturales, no detergentes o productos artificiales, y para fregarla no utilice espartos o esponjas abrasivas puesto que dañarían la madera y la secarían.

Mantenimiento regular

Cada cierto tipo (dos, tres meses) dependiendo del uso que se dé a la bañera o si la madera parece seca se debe realizar el siguiente mantenimiento:

• Aplicar aceite de linaza, aceite mineral o cualquier otro producto indicado para la protección de la madera. Una o dos capas serán suficientes.
• Dejar que el aceite penetre en la madera durante unas horas. Si es posible, dejar el aceite empapando toda una noche.
• Secar el resto del aceite con una toalla seca o paño.
• Seguir las instrucciones facilitadas por el fabricante.